PRONUNCIAMIENTO SOBRE LA JORNADA DE PROTESTA DEL 19 DE JULIO DE 2023 Partido Reforma Democrática PRD

Celebramos 201 años de vida republicana. Momento oportuno para hacer una reflexión sobre la coyuntura política y económica que vive nuestro país actualmente. De acuerdo con las últimas encuestas el 74% de la población desaprueba la gestión del Presidente Pedro Castillo y 79% al Congreso de la República. Cerca del 60% estaría de acuerdo con la vacancia presidencial, y más aún, el 65% considera que la mejor opción para el país es el adelanto de elecciones generales. Sumado a ello, la crisis económica y social que viven nuestras familias en donde la inseguridad, el hambre y la falta de servicios públicos adecuados son pan de cada día.

Surge, entonces, la necesidad de resaltar la importancia del servicio como acción humana que engrandece, si es desprendido y abnegado. La historia y el evangelio nos puedan dar un claro ejemplo de ello.

En la homilía de la Misa Te Deum, el arzobispo de Lima, hizo la narración de dos hechos importantes para la humanidad y nuestro país, que son importantes resaltarlos:

  • Destacó el gesto de María que se levanta para ir deprisa para ayudar a la anciana Isabel en el parto, similar al buen Samaritano que ayuda al herido y necesitado. Isabel la bendice y se pregunta ¿Cómo es que la madre del señor viene a mí?, ¿Cuándo se ha visto que la madre del gobernante venga al servicio de una anciana pobre?. María multiplica cuidado, servicio y ayuda. Este es un claro ejemplo del abajamiento de los gobernantes, que abre el servicio hacia los más necesitados, aprendiendo a actuar de manera justa, prístina, efectiva y creíble. Solo así el pueblo verá la luz grande en medio de la oscuridad.

  • Asimismo, desde la perspectiva histórica, describió como Jorge Basadre menciona en referencia a la independencia de nuestro país que una cosa fue proclamarla y otra realizarla, de un Estado concebido con un noble ideal y llevado penosamente a la realidad. Nos narra un hecho histórico que marcó la pauta de nuestra historia como país: Peligraba la República y José de San Martin fue a buscar a Simón Bolívar, preocupado por el alto costo de la guerra. Don José, comprendiendo que para lograr el bien del Perú había que hacer un acto de desprendimiento, decidió retirarse para dejar paso a quien tenía las fuerzas preparadas para alcanzar la independencia del país. En su carta a Bolívar menciona su convencimiento de que la continuidad de la guerra iba causar la ruina del país y estaba convencido de que su presencia era el único obstáculo que Bolívar tenía para venir al Perú.

Podemos afirmar que, José de San Martin tomo el camino de la fe, dejando al Perú en buenas manos estrategas que eran la de Bolívar y en buenas manos institucionales que eran la del Congreso Constituyente, que debía generar las condiciones para la llegada de Bolívar.

Ambos casos, desde la perspectiva bíblica y la histórica, nos dan una clara muestra de la necesidad del desprendimiento por el bien común y la colectividad. Y ahora nos preguntamos ¿acaso no es necesario que nuestros gobernantes sigan ese ejemplo pensando en el país? ¿la coyuntura actual de crisis política y económica no demanda que existan este tipo de generosidad por el bien común?

Lamentablemente, la respuesta que encontramos tanto en el Ejecutivo como el Legislativo deja mucho que desear. El mensaje a la nación brindado por el Presidente de la República fue un discurso sin autocrítica ni explicaciones sobre los graves casos de corrupción que se le imputan. No ahondó en las 5 investigaciones fiscales que tiene y que incluyen a su círculo más cercano, tampoco hizo un pedido abierto para que los prófugos se entreguen. Frente a este desatino y desinterés por el bien común, encontramos en la otra vereda un Congreso, liderado por los legisladores de oposición, quienes convirtieron su investidura parlamentaria en un circo porque aprovecharon el momento adverso que tiene el Presidente de la República para gritar e insultar como si ello contribuiría en la solución de la crisis que actualmente vive el país.

Tanta razón tenía el arzobispo de Lima, monseñor Carlos Castillo, al expresar en la Misa Te Deum la necesidad del desprendimiento del poder para solucionar la crisis política. Argumento, grandemente detallado, frente al propio presidente Pedro Castillo.

No existe ni inclinación por aceptar el servicio como principal valor de la política, ni mucho menos, alguna inclinación por el desprendimiento de nuestros gobernantes para pensar en el bien común. Acaso no es urgente que la generosidad prime en la esfera política. Debemos enfrentar todo egoísmo individualista y de grupo, que pretenda primar sobre los intereses comunes, en donde estamos todos los peruanos.

Es el momento en que los peruanos, pensemos en la construcción de nuevas alternativas políticas que coloquen el valor del servicio y el desprendimiento como pilares fundamentales de su existencia.

La política es una oportunidad de servir y no de servirse.